http://listindiario.comSANTO DOMINGO.- Interrupciones eléctricas de 10 y 12 horas diarias azotan los barrios de la capital y trastornan las actividades comerciales de pequeños y medianos negocios de los barrios de la capital, cuyos propietarios afirman que no soportan la carga económica que significa poner a trabajar sus plantas de emergencias de manera casi ininterrumpida.
“Estoy a punto de cerrar, porque estoy trabajando para comprar combustible caro”, afirma la propietaria del salón Franchesca, en el sector Los Memeyes de la provincia Santo Domingo.
La misma quejan expresan propietarios de pequeñas lavanderías, colmados, carnicerías, talleres de herrería y otros establecimientos de los barrios Capotillo, Simón Bolívar, Las Cañitas, Villa Duarte, Guarícano, Villas Agrícolas, Villa Consuelo, Herrera, Los Alcarrizos, entre otros sectores. Precisan que la situación les está provocando pérdidas de dinero, porque sus operaciones se reducen drásticamente.
Los comerciantes aseguran que mientras sus negocios pierden dinero por causa de los apagones, los montos de las facturas se incrementan cada mes, sin que que las autoridades presten atención a las quejas de los ciudadanos.
En villa Duarte, el propietario de la carnicería La Económica señala que cada dos días tiene que invertir RD$2,000 en la compra de hielo para mantener refrigeradas las carnes que expende, porque en ese sector el servicio de energía eléctrica se ha convertido en un “arbolito que prende y apaga constantemente”.
Francisco Alcántara, propietario del colmado Los Amigos, en Villa Faro, en la parte oriental de la capital, asegura que abandonó la práctica de vender en su negocio productos que necesiten refrigeración, porque todos se dañan en el congelador y las neveras.
Afirmó que esa situación afecta las ventas del negocio, porque “quien viene a comprar el pan quiere llevarse también el queso y si sabe que no vendemos ese producto se va a otro colmado”.
Alcántara dice que en Villa Faro los apagones se extienden desde las 7:00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde. En Villa Consuelo, la propietaria del salón de belleza Francis, indica que todos día tras día los apagones en ese sector se extienden desde las 8:00 de la mañana hasta las 7:00 de la noche y que esa situación no le permite trabajar.
“Me paso los días sentada, porque los apagones no me dejan trabajar y no tengo planta porque hace unos meses que se explotó”, insiste. También en Villa Consuelo, Rafael Segura dejó su trabajo para poner una pequeña sastrería, que ahora tiene que mantener cerrada la mayor parte del día y apenas obtiene dinero para mantener su familia con precariedades.